lunes, 4 de mayo de 2009

No todo son viajes

Si bien Londres es un trampolín para poder viajar sin mesura también ofrece posibilidades infinitas para que el aburrimiento se quede solo. Imagináos un parque de atracciones con el aforo grosso modo de doce millones de personas. Lo tienes de dos tipos: acuático o seco, pudiendo ser en un mismo día de los dos, según le plazca al "Señor" organizador.

En un día normal sin trabajo puedes ir a cualquier museo, te puedes perder por las calles retuertas con la seguridad de que llegarás a un sitio y darte cuenta que ninguna de las calles es predecible (¿qué fue de la línea recta?), también es común maravillarse con lo mal conductores que son los ingleses (no todos) aunque eso sí, aún no me han pitado yendo en bici. Un recorrido en bus en la planta alta por Oxford Street es como un circuito por todas las razas habidas y por haber, observando comportamientos, risas, músicos callejeros, tiendas en ebullición y las luchas de amagos y esquivos que hacen los peatones en los pasos de cebra, humanidad privilegiada. Mirar las casas y los coches de barrios como Hampstead, Maida Vale o Kensington te sitúan en la "modestia" en la que vivimos la mayoría de los europeos.

Mi gran sorpresa fue el canal que recorre todo hasta Canary Wharf, en muchas zonas está sembrado de botes donde hay gente que hace vida allí. Pedalear por su rivera de noche con Jazz saliendo de los bares, gente ofreciéndote una “cup of tea” y alentándote “run like the wind”... enamora. Y rincones y rincones hasta el infinito.

Los espacios que cada parque tiene para las flores, la lectura y el sosiego son detalles de esquisitez. Las canchas de tenis, los campos de mini golf, las zonas salvajes... ver el Estadio de Wembley a lo lejos...


Y mi buhardilla azul, con mi velero, guitarra, patines, sus ventanas mirando al cielo por donde se pasean aviones hacia Heathrow, y la lluvia relajante, y el sol entre las casas.




1 comentario:

Dafne dijo...

Plantéate hacer una guía de viajes =)