lunes, 6 de abril de 2009

Estocolmo... el colmo sería que me hiciese el sueco

Despedimos el último año bisiesto de esta década para afrontar nuevas experiencias y con las ganas de no dejar de vivir. Y es que parece que hasta que no se huelen las flores de los almendros uno no empieza a regocijarse en lo cotidiano del sol en la cara... año nuevo debería ser el primer día de la primavera.

Os hablaré de la ciudad que se me ha llevado el corazón y es que algo tan sublime no deja indiferente a nadie (no soy el único que opina así).

Llegamos en una fría noche (estoy ya lo he vivido...) del aeropuerto de Vasteras y al momento nos sentimos abrigados por la gentileza sueca, no se puede ser más amable, detallista, y bien educado y es que en los veinte minutos de la estación de autobuses al hostal se pararon por iniciativa propia cinco personas para ayudarnos con las direcciones, los últimos hasta nos acompañaron andando. Justo al lado del hostal había un bar de tapas y es que sí señores y señoritas en Suecia nos quieren aunque no entendían muy bien eso de querer ir a pasar frío. El primer sitio emblemático que vimos fue el precioso Ayuntamiento, recio con su torre y su historia de personalidades ilustres que gracias al visionario Nobel pasan por allí por darles vueltas al magín. Y comenzamos a pasar por puentes, porque eso sí... hay islitas a tutiplén. Visitamos la parte antigua con su Palacio Real, sus callejuelas, sus cuestas, edificios coloridos, la parafernalia de los cambios de guardia (que no falte) y hablamos con unos yanquis que estudiaban en Barcelona. Nos dirigimos a la plaza principal y es curiosa porque tiene como una especie de subterráneo con metro y centro comercial (supongo que es como Montreal pero en pequeño), tengo que destacar la casa de la cultura (KULTURHUSET) que permite hacer manualidades como estampar tu propia camiseta, hacerte tus chapas... tiene una exposición de fotos y cuadros, cafetería... todo para pasar una buena tarde. De vuelta a "casa" vimos un espectáculo y es que definitivamente las ciudades con ríos o lagos están tocados por la magia del resplandor. Por la noche en el hostal muuuuuuuy acogedor, limpio y cómodo (Lodge32 lo aconsejo), se juntaron una pareja de franceses, otra pareja de polacos, otra pareja de turcos para mojarles las orejas jugando a las cartas (suerte del principiante), y de los turcos viene el plan para un futuro viaje a Estambul.

El segundo día visitamos la isla de Sodermalm que es donde está la zona de tiendas, bares, algún que otro parque y hay unas especies de chalés en miniatura al lado de un embarcadero (todo muy bucólico). Recorrer la parte sur de la isla nos llevó toda la tarde pero la sensación de andar por encima de agua congelada y sentir cómo se resquebraja ufffffffff súbito (me gusta esta palabra), también decir que nos sentamos tranquilamente a ver ponerse el sol. De vuelta de salir a correr entablamos conversación con Sophie una chica australiana que trabajaba para irse sola a viajar... ¡¡¡a la hora que le fui a preguntar que dónde había estado!!! yo sólo escuchaba "I´ve been to Malasia...I´ve been to China... I´ve been to Egipto... I´ve been ...I´ve been ...I´ve been..." así veinte minutos enfrente de un mapa del mundo.

El día siguiente salimos a correr por la nieve (y es que ya sólo falta correr en el desierto), fuimos a lo largo de la avenida Stranvagen que también es un puerto, pasamos la zona de las embajadas y llegamos a Lidovagen un parque-bosque laaaaaaaaaargo largo. Los suecos son gente que se cuida, van en bici (aunque con carriles bicis como esos cómo no) salen a correr, van andando a los sitios... de ahí los tipazos que tienen, porque sí, LAS SUECAS SON GUAPÍSIMAS, lo corroboro. Por la tarde noche comenzó mi odisea particular, le dí el mapa a Juanvi para que pudiera llegar a casa y el que se perdió fui yo. Fui al parque Skansen y pensando que todas las islas estaban comunicadas empecé a andar y al final casi acabo dando la vuelta a la isla. Me valió para ver el Circus (teatro) y el parque de atracciones (es triste ver un parque de atracciones cerrado).

El "último día" fuimos a lo que ya es un mero trámite... fare il bagno in acqua congelati (esta vez sí que estaba CONGELADA), nos costó un buen rato encontrar un sitio donde no hubiera hielo pero lo encontramos... al ladito de Af Chapman (velero). Recogimos las cosas para tomar el vuelo de la tarde y ¡¡¡SORPRESA!!! los aeropuertos de Londres cerrados por la mayor nevada de los últimos veinte años. Gracias a otros españoles que conocimos en el hostal fuimos a otro aeropuerto (Skavsta) pero sin tener la certeza de que pudiéramos coger un vuelo el mismo día o el día siguiente... si te paras mueres (como los tiburones). Después de una noche durmiendo "a la china" volamos al mediodía sobre una Bretaña blanquita blanquita.

Recuerdos a Valeriano... un alicantino dueño de una zapatería y que lleva treinta años viviendo en Suecia y también a Victoria... que nos regaló unos sobres de un sucedáneo al Cola Cao.

Este es el vídeo resumen del viaje y aunque parezcamos "super guays de la muerte" no lo somos... el mérito lo tiene Juanvi montando vídeos (se te echa de menos un montón) .

La canción de esta entrada es un poco ñoña pero me encanta.


Besitos chiquititos, chiquititos, abracitos flojitos flojitos y una despedida entrañable de Juan Diego Cotilla, siempre te recordaremos